¿Te planteas una reestructuración para afrontar esta nueva etapa?

Imagen Post Reestructuración empresarial

¿Te planteas una reestructuración para afrontar esta nueva etapa?

Para que una empresa sobreviva y pueda continuar con su actividad es muy importante que sepa adaptarse a las diferentes situaciones. Más aún este año, en el que el COVID-19 nos ha trastocado todos los planes y nos hace tomar decisiones que hasta ahora quizá no habríamos ni pensado.

Una de esas decisiones que muchos estáis barajando es la de realizar una reestructuración empresarial que os ayude a continuar y a coger fuerzas dentro de la empresa. ¿Sabes qué supone realmente?

Qué supone una reestructuración empresarial

Estamos hablando de una reorganización, un cambio profundo que modifique cómo ha funcionado la empresa hasta ahora. Es, a fin de cuentas, el lanzamiento de un nuevo modelo empresarial.

Normalmente estos cambios se realizan cuando:

  • Es necesario reducir drásticamente los costes de la empresa.
  • Los resultados son malos de manera persistente y hay que buscar nuevas manera de vender.
  • Se quiere optimizar algo que funciona bien pero tiene potencial para más.
  • A la hora de implementar herramientas de mejora de la eficiencia.
  • En el momento que es necesario adaptarse a un nuevo cambio tecnológico o de mercado.

En general, se recurre a la reestructuración empresarial cuando es necesario realizar un cambio, sea por motivos positivos o negativos. Nosotros siempre recomendamos anticiparse a los cambios, y si empiezas a notar que el rumbo de tu negocio debe ir hacia otro punto, no esperes a que sea demasiado tarde.

Fases que se deben seguir en esta reorganización

A la hora de realizar un cambio tan profundo en tu negocio es imprescindible seguir paso a paso por tres fases. Fases que te ayudarán a saber dónde estás y qué camino debes seguir para llegar al objetivo.

  1. Diagnóstico: Se debe analizar la empresa de arriba a abajo. La estructura actual, los flujos de trabajo e información, los diferentes procesos… Definir cada elemento correctamente es lo que te ayudará a ver qué puede sobrar o faltar, o cómo reorganizar todo para que funcione mejor.
  2. Tratamiento: Una vez que el diagnóstico está hecho es el momento de buscar todos esos puntos débiles y puntos fuertes que te ayuden a plantear la nueva estructura.
  3. Recuperación: Es la parte más complicada, por supuesto. Pero si el plan de viabilidad desarrollado con las dos fases anteriores es sólido, pronto se notarán los beneficios. No tiene porque ser una respuesta económica rápida, pero sí empezarán a aparecer mejoras en los procesos laborales.

Lo que hay que tener claro es que el nuevo plan debe ser abierto y modificable. Se están asentando las nuevas bases del negocio y es probable que haya alguna incertidumbre en puntos concretos. Por ello, hay que estar abiertos a recurrir al plan B o al C si es necesario.

Cuando llegamos al momento de plantear una reestructuración empresarial hay que tener claro que la empresa se adentra en tiempos de cambio, y que por tanto todos deben ir adaptándose a esa nueva realidad.

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